jueves, 21 de enero de 2010

Yo Seré.

Existe un refugio en mí. Tengo mil melodías para calmar tus ansias, tus ganas de morir. Tus ojos: esferas resplandecientes que desprenden un olor a viento, sabor a alma. Tu boca: extraños columpios que forman arcoiris a la hora de sonreír. ¿Que haría sin ti? Mi silenciosa compañera. Eres agua y viento, eres muerte y vida, eres pintura sobre los lienzos de mi alma. Cierra los ojos y toca mis labios; tengo centenares de palabras que esperan por tu señal. No imaginas cuantas vidas he construido, quiero satisfacción en tu rostro. Estás surcando ríos y mares, buscando lo que está a simple vista... ¿Qué haces tan lejos? ¿Qué haces allá arriba? ¿En las nubes? Estoy pisando fuerte con un destino en manos que espera por ti para reanudar mi vida. La búsqueda finalizó. Mira a través del muro invisible que ha construido el olvido. Sacude el polvo. Dame tu mano. Yo seré tu cúmulo de agua dulce.

miércoles, 20 de enero de 2010

De Noche Nada Dice Nada

Viajo por las calles de tu recuerdo, me encuentro con la Luna haciendo efecto en mi. Tratando de presumir de mis manos; pueden escribir las mejores palabras... Se equivoca.
¿Cómo hacerlo? ¡Tus ojos me quitan el aliento!

No puedo presumir de nada, solo tengo algo que darte y no se donde está. Se fue con tu recuerdo. Sigo buscándote; en la selva, en la Luna, entre las estrellas, no obtengo resultados. Algo frustrante. Puedo escribir que: quiero verte sonreír, que quiero escuchar tus ojos hablar con los míos con movimientos y choques simultáneos. No estoy segura de poder volver a verte, nada es seguro. No estoy segura de tener ese amor de vuelta.

La brisa de mar arrasa con mi ganas, me quita las motivaciones de encontrar senderos que lleven a ti, de noche las estrellas no dicen nada. Tu recuerdo sigue rasgando mi conciencia para no pensar tanto y no buscarte. Hice un mapa de cosas que no conozco de ti, así cuando estés conmigo encontrarme a mi misma, brillar como solía brillar y darle movimiento a mis sentidos, darle latidos a mi corazón.

martes, 19 de enero de 2010

No Te Amo

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
O flecha de claveles que propagan el fuego:
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
Secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
Dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
Y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
El apretado aroma que ascendió de la Tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni dónde,
Te amo directamente sin problemas ni orgullo:
Así te amo porque no se amar de otra manera,
Sino así de este modo en que no soy; ni eres,
Tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Escribo Con Los Ojos Cerrados

Hoy cierro mis ojos mientras escribo, es que quiero encontrarte y ya estoy cansada.
De nada sirven mis sentidos, inútiles mis habilidades, tontas mis pretensiones, ilusa mi alma, terco mi espíritu, cortos mis pasos, débil mi esperanza, vacías mis manos. Pero quiero encontrarte aquí, ahora, junto a mi y respirar tu aire para purificar mis emociones y darle vida a mis sentimientos muertos que quieren vivir dos siglos más, pero junto a ti porque sin ti ya he vivido dos siglos trágicos sin coherencia. Cierro mis ojos para no ver el tiempo transcurrir, para no sentir el espacio hondo que alguna vez ocupaste y yo no sabía. Infelices mis palabras, mártires mis pasiones, grises mis historias, oscuros mis cenderos, vulnerable mi existencia. Y solo tengo de ti un segundo, un destello en la larga línea de mi vida, que inmortalizo cuando cierro mis ojos y anclo mi ser con tu sonrisa, prueba única de un futuro mejor, evidencia suficiente de existencia celestial, llama que arde y quema aquí adentro donde un nuevo mundo es posible. Mundo de sueño y deseo, sin tiempo y espacio, donde nada es necesario porque tu eres suficiente, todo lo que quiero esta en ti y solo tengo tu sonrisa, y solo cuando cierro mis ojos.

Tu No Las Puedes Ver

Tú no las puedes ver;
yo, sí.

Claras, redondas, tibias.

Despacio
se van a su destino;
despacio, por marcharse
más tarde de tu carne.
Se van a nada; son
eso no más, su curso.

Y una huella, a lo largo,
que se borra en seguida.

¿Astros?



no las puedes besar.

Las beso yo por ti.

Saben; tienen sabor
a los zumos del mundo.

¡Qué gusto negro y denso
a tierra, a sol, a mar!

Se quedan un momento
en el beso, indecisas
entre tu carne fría
y mis labios; por fin
las arranco. Y no sé
si es que eran para mí.
Porque yo no sé nada.

¿Son estrellas, son signos,
son condenas o auroras?

Ni en mirar ni en besar
aprendí lo que eran.

Lo que quieren se queda
allá atrás, todo incógnito.

Y su nombre también.

(Si las llamara lágrimas,
nadie me entendería.)

martes, 12 de enero de 2010

Nunca Es El Fin

Invadió mi mundo con sus colores, su sonrisa tocó mi alma, sus ojos bailaron con mis emociones.

Y por si fuera poco; me enamoró.

No sabía que salir a la superficie y respirar su aire puro se sentía tan bien...

Extraña sensación.

Es real.

Puedo ver sus pasos cálidos; castigando los anocheceres pálidos que me invaden cada día.

Esa forma de luchar, de combatir contra ejércitos de mis recuerdos, que matan y atormentan junto con la ausencia que ha dedicado su vida a acompañarme hasta el final de mis días.

Se puede notar lo vulnerable de mis pasos y lo quebrada que está mi voz.

Pensando <>

Pero ... Ejércitos y combates desaparecieron.

Pensamientos desvanecieron.

Él.

Culpable de mis alegrías.

Puso punto final a mis tristezas.

Dibujó en mi lienzo una vida junto a él con paisajes de acuarela.

Me buscó en la noche mas fría del invierno y cruzamos el mar que crearon mis lágrimas.

Dejamos en el pasado la identidad que ya no será mía.

Mientras se dedicaba a jugar con las nubes y burlar mi pasado.
Me dedicaba a dibujar en su lienzo veredas seguras con un futuro reconfortante.

Me enseñó que debo mantener las esperanzas para un nuevo comienzo.

Y ...

Ahora ...

Verlo sonreir es el nuevo sol de cada día.

Sentir su calor, es la calma para mi alma.

Ahora ...

No puedo dejarlo ir, no ahora que me ha arrastrado hasta el cielo.

No en estos momentos; mis sueños, con su poder... Se hacen realidad.

Su voz, cada noche susurra en mi oído <>

No me iré...

No ahora donde...

Soy culpable de sus noches de poesía.

Debo Irme

Debajo de aquél árbol, donde mis penas se pierden entre el espesor de la neblina, con mis manos escribo poemas, canciones y expreso ideas de una vida pasada, presente y futura.
Donde necesito más que pensamientos, más que ideas, más que palabras, necesito algo mayor, de otro nivel, algo parecido a tus ojos mezclados con tus dedos, a tu sonrisa mezclada con tu cuerpo, donde la felicidad se respira, y mejor aún, donde es imposible no vivir.

Caminamos de la mano de compañeros invisibles, respiramos al lado de una ausencia sólida que nos recuerda como es la tierra firme, anhelamos aquello que se fué, que es, y que soñamos como será si estuviera con nosotros. Imaginamos, cantamos, lloramos y reímos.

Imaginamos con los ojos cerrados como sería reír al lado de esa presencia ausente, cantamos canciones por culpa de esa ausencia... Lloramos por tener la compañía tan vacía de esa presencia y finalmente reímos porque nos miramos al espejo, y no vemos a nadie.
Solo un reflejo.

Justo cuando quiero vivir, debo irme.

Justo cuando he tocado la mano de la vida, para tomar mi segunda oportunidad; debo irme.

Cuando quiero enseñar y prevenir del dolor, debo irme.

Mi sueño era irme... Y es que me voy, me iré.

Irme lejos a un lugar donde pueda volar con mis propias alas.

Me voy, no al lugar que soñé, mejor aún. Me voy a un lugar donde puedo soñar despierta.

Me iré, no a soñar despierta, voy a cumplir mis sueños... A encontrar entre los colores del amanecer las mezclas de tus ojos, tu cuerpo....

Donde puedo vivir, y cuando ya no esté; pueda encontrarte de nuevo.