lunes, 30 de abril de 2012

Maleta De Sueños - Carlos Vives

Él lleva su corazón desolado de este mundo desterrado sin la menor compasión.
Él tuvo que buscar tierra ajena, por ella vale la pena cada gota de sudor.
Y aunque ya cansado no concilia el sueño, ni por un instante la puede olvidar.
Y cuando vestido se duerme en la cama, solo está soñando que va a regresar.


Te traje mujer bonita, una maleta de sueños.
Un manojo de caricias y el cansancio de mi cuerpo.
Te traje una semillita para que alegres tu suelo, una pulsera guajira con tu nombre de recuerdo.
Y una noche de mil cuentos y un amanecer despierto.
Y te traje mis estrellas que recogí por el cielo.


Él lleva poca ropa en su maleta, la foto de su Rebeca y el Sagrado Corazón.
Y vive retumbándome en las sienes rebuscando en los andenes de la desesperación.
Y aunque ya cansado no concilia el sueño, ni por un instante la puede olvidar.
Y cuando vestido se duerme en la cama, solo está soñando que va a regresar. 

miércoles, 25 de abril de 2012

Causalidad

De tus ojos pueden salir palabras.
 Indelebles. 
Exasperantes. 
Con inquietudes, sí. 


Tomaré el tiempo necesario para recrearte esta vez con esto, lo que vagamente merecen ser llamadas Mis Letras...
No se como te sientes... 

No como tú te sientes en ti, sino como tú te sientes en mí.
 Cerca. 


Con tu olor en mis dedos, con tu sangre en mi boca, con tu indiferencia en mi olfato, con tus pasos sobre mi cabeza...
Y tus palabras... 

Son armas, suavemente letales, que no tienen una barrera para herir, nada las detiene, ni siquiera tu, ni siquiera tu control. 
Tu me inspiras a pensar mientras que el deseo no me deja escribir con claridad..

 -Incompleto- 

Vacío

¿Donde estás, complemento? ¿dónde estás? 
Dime si necesitas tiempo para querer quererme en estas cuatro paredes. 
Tiempo me sobra, porque sin ti el tiempo no tiene valor. Inerte corre, y salta en mi soledad ofendiendo.

¿Dónde estás, amor? ¿dónde estás? 
En mis dedos están tus respuestas, las que muchas veces posamos ante nuestros labios. 
El suelo se está quebrando, la voz se me está quebrando.


¿Dónde estás, agosto? ¿dónde estás? 
En esos días desangré mi cuerpo y te regalé mi alma. 
Todo lo mío es tuyo, y hoy ya no sé por qué no te tengo.

¿Dónde estás, tú? ¿dónde estás? 
Tú tienes el poder revolver el amor que un día se dio por vencido. 
Quieto, sereno, a ti no te importó, de cabeza lo dejaste, como te apeteció.

¿Dónde estás, libertad? ¿dónde estás? 
Mis lineas se convierten en banderas grises, aquí no hay revolución de amor porque aquí no está tu voz. 
La misma voz que anima ejércitos de soledades a renunciar a mi.

¿Dónde está, tu poder, amor de agosto? ¿dónde está? 
Lo necesito para mi próxima vida. 

martes, 24 de abril de 2012

Poema 1

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, 
te pareces al mundo en tu actitud de entrega. 
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. 


Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa. 
Para sobrevivirme te forjé como un arma, 
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. 


Pero cae la hora de la venganza, y te amo. 
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. 
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! 
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! 


Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. 
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito. 

domingo, 22 de abril de 2012

Lejos

Un puente invisible. 
Un gran océano. 
Mi conciencia. 


Mis zapatos... Desgastados. Tienen la boca cansada de gritar. 
Gritar en nuestras ausencias. 
Mis manos están agotadas de escribir. Repetir. Repetir y repetir. 
Los colores de mis noches no son los mismos desde que decidiste partir. Y entonces mi cama no encuentra piedad. Piedad en los cuerpos que ahora la visitan, y llora... Y eso es tristeza.


Tristeza plasmada en mis ojos. 
Ojos marchitos, sin agua.
Agua y distancia que hay entre tu y yo... 
Impidiendo ser uno solo. 
Difícil amor. 
Amor mío y añorado. 
Bendito. 
Tuyo y mío.

martes, 17 de abril de 2012

¿Dolor?

Me pinto la cara de rojo, para distinguirme entre la multitud. Rostro rojo, de ira, de tristeza.

Mis pantalones verdes, porque ya nadie viste pantalones verdes. Piernas verdes, dispuestas, cansadas de mi.

Guantes amarillos, para tocar con alegría el viento aunque mis zapatos sean negros, del luto infinito que ha dejado tu cuerpo entre mis sábanas.

Y voy por el sendero que tiene mi color favorito, el sendero que me lleva entre dientes y me regaña, sendero que no es ni negro ni azul, sendero tuyo queriendo que sea mío también.

Voy con mi cabello castaño hasta tus sueños, brincando de árbol en árbol sin pisar ni arruinar nada, sin despertar los ejércitos que ya te cuidan...

Porque quiero llegar sin que lo notes. Darte una sorpresa de muchos colores.

De mi.

Como. Cuando. Donde.


A lo pocos días de caer en el desespero me quité los zapatos para ponerme cómoda... Busqué mi almohada favorita, mi libreta y un lápiz con la punta bien fina. No para escribir más... Para que tu nombre no estuviese tan pronunciado, inolvidable en mis páginas, tan rebelde ante mis labios.

Me senté a crear y me hice sentir.
Subastando el tiempo para quedarme sin nada, malgastando los segundos que suspiraba y quemando las manos que querían escribirte.

Entonces dejé la libreta, agarré una guitarra y comencé a cantar...
Cantando de tus besos y alabando tus caricias me quise vengar y una cuerda se rompió.
Dejé de cantar... Y me aferré.

Toqué mis pies y apreté mis ojos. El tiempo seguía corriendo. -no quiero saber-
Exploté y comencé a crearte. A llamarte por tu nombre. A extrañarte más de la cuenta. A amarte sin cordura. Extremadamente a pensarte cuidando mis ojos para encontrarte por si vuelves a perderte.

Si de casualidad ya no quisieras contemplar más.

jueves, 5 de abril de 2012