Sea de noche o sea de día
siendo blanco o siendo negro
se que tu alma en mi cuerpo accedía
enamorando mis ojos sin ningún consuelo
me desperté de pronto gritando tu nombre
era una sensación que yo no conocía
y sentí miedo, oh, sí, sentí mucho miedo
porque eran tus besos que mi calma abatía
quedando propensa a enamorarme
a enamorarme de esos ojos negros
quedando inmóvil ante tu lenta lengua que viene a callarme
rindiéndome entre tus brazos
calentándome con tus besos
me levanté de mi dulce cama
después de un par de pasos me miré al espejo
me pregunté a mi misma que qué pasaba con mi calma
y entonces tu silueta se dibujó en el cielo
mis ojos se llenaron de lágrimas
y entonces ahí, ahí
-ahí-
te eché de menos.
Pues yo echaba de menos leerte, así que hoy que tuve tiempo, lo hice. Gracias por el fantástico rato que me llevó. Hermosos poemas y sugerentes imágenes. un abrazo y feliz día
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