lunes, 31 de mayo de 2010

Como mínimo

Es así...
Duradero como una resaca.
Sentada en cualquier banco de cualquier plaza, sin compañía, excepto por la cobardía del humo de mi cigarrillo, que huye con el viento buscando vida. ¡Que iluso!
El viento, espeso, pide redención sobre mis efectos.
Efectos absurdos; que el alcohol y nicotina causan.

Redención pide mi alma... Aclama libertad ante tu alma, que ausente me castiga.
Esa misma que entregaste sin dudar esa noche, cuando leía uno de mis poemas favoritos.

Así no puedo..
Sin ti.
Realmente no puedo.

Mis ganas incrementan cada vez que recuerdo tus palabras quemando la línea imperfecta de mi cuello. Sin censura, los recuerdos de tu cuerpo rasgan la poca imaginación que me queda. Sin compasión, tus besos tocan mi cuerpo desgraciadamente, ahora sólo en sueños.
E insisto en que es absurdo.

Esta noche la dedico a tu ausencia.. La luna de esta noche la dedico a tu ausencia. Las palabras que estimula el alcohol, esta noche... Las dedico a tu ausencia.

Duele, sí. ¿Pero que más da?
En realidad, las palabras de hoy, la luna y la noche, se esfumarán mañana. Así que me da igual si las lees o no.

Total, el dolor de tu ausencia durará, lo que dura una resaca.

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