domingo, 13 de junio de 2010

35 Bujías

Sí.

Cuando quiera yo la soltaré.

Está presa, aquí arriba, invisible.


Yo la veo en su claro castillo de cristal, y la vigilan —cien mil lanzas— los rayos —cien mil rayos— del sol.

Pero de noche, cerradas las ventanas para que no la vean —guiñadoras espías— las estrellas, la soltaré. (Apretar un botón.)


Caerá toda de arriba a besarme, a envolverme de bendición, de claro, de amor, pura.


En el cuarto ella y yo no más, amantes eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra de secretos en masa de la noche —afuera descifraremos formas leves, signos, perseguidos en mares de blancura por mí, por ella, artificial princesa, amada eléctrica.

Pedro Salinas. 1929

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