viernes, 16 de diciembre de 2011

Amores Altamente Peligrosos

A: ¿Usted lo ama?
B: No mucho.
A: Entonces, ¿por qué sigue con él? ¿Se justifican los gritos, las peleas, las persecuciones y todo el escándalo que se ha producido?
B: Él es mío, así no quiera...
A: Hay algo que no entiendo bien... Si no lo ama, ¿qué es lo que le duele?
B: El orgullo, la dignidad... Una mujer trató de quitarme lo que me pertenecía... Se metió en mi vida.
A: Insisto, ¿no sería mejor dejar todo por un tiempo, en vez de hacerse tanta mala sangre, de sentir tanto rencor y odio? Esto podría enfermarla...
B: ¿Enfermarme? ¡Me mantiene viva! ¡Él tiene que pagar!
A: ¿Pagar?
B: Tiene que resarcir el daño que me ha hecho.
A: Pero, ¿de qué manera se sentiría usted satisfecha?
B: Todavía no sé... Tiene una deuda conmigo y hasta que no la pague, no lo dejaré en paz...


Cuando se juntan infidelidad y rencor todo vuela por los aires. El perdón no encuentra cabida y las segundas oportunidades son tan lejanas como la paz mundial.

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