Un puente invisible.
Un gran océano.
Mi conciencia.
Mis zapatos... Desgastados. Tienen la boca cansada de gritar.
Gritar en nuestras ausencias.
Mis manos están agotadas de escribir. Repetir. Repetir y repetir.
Los colores de mis noches no son los mismos desde que decidiste partir. Y entonces mi cama no encuentra piedad. Piedad en los cuerpos que ahora la visitan, y llora... Y eso es tristeza.
Tristeza plasmada en mis ojos.
Ojos marchitos, sin agua.
Agua y distancia que hay entre tu y yo...
Impidiendo ser uno solo.
Difícil amor.
Amor mío y añorado.
Bendito.
Tuyo y mío.
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