martes, 12 de enero de 2010

Nunca Es El Fin

Invadió mi mundo con sus colores, su sonrisa tocó mi alma, sus ojos bailaron con mis emociones.

Y por si fuera poco; me enamoró.

No sabía que salir a la superficie y respirar su aire puro se sentía tan bien...

Extraña sensación.

Es real.

Puedo ver sus pasos cálidos; castigando los anocheceres pálidos que me invaden cada día.

Esa forma de luchar, de combatir contra ejércitos de mis recuerdos, que matan y atormentan junto con la ausencia que ha dedicado su vida a acompañarme hasta el final de mis días.

Se puede notar lo vulnerable de mis pasos y lo quebrada que está mi voz.

Pensando <>

Pero ... Ejércitos y combates desaparecieron.

Pensamientos desvanecieron.

Él.

Culpable de mis alegrías.

Puso punto final a mis tristezas.

Dibujó en mi lienzo una vida junto a él con paisajes de acuarela.

Me buscó en la noche mas fría del invierno y cruzamos el mar que crearon mis lágrimas.

Dejamos en el pasado la identidad que ya no será mía.

Mientras se dedicaba a jugar con las nubes y burlar mi pasado.
Me dedicaba a dibujar en su lienzo veredas seguras con un futuro reconfortante.

Me enseñó que debo mantener las esperanzas para un nuevo comienzo.

Y ...

Ahora ...

Verlo sonreir es el nuevo sol de cada día.

Sentir su calor, es la calma para mi alma.

Ahora ...

No puedo dejarlo ir, no ahora que me ha arrastrado hasta el cielo.

No en estos momentos; mis sueños, con su poder... Se hacen realidad.

Su voz, cada noche susurra en mi oído <>

No me iré...

No ahora donde...

Soy culpable de sus noches de poesía.

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