Anoche el sol me habló de ti, de como debilitas sus rayos al amanecer, de como envidia el calor de tu sonrisa, de lo difícil que es ser fuerte cuando lo miras, de cuanto desea mirarte cuando anochece, de lo mucho que te extraña en las horas muertas de cada madrugada.
Me dijo que tus pasos son de otro mundo, que caminas airosa y hermosa. Que no es fácil seguir tu rastro, que es difícil concentrar sus pensamientos cuando te piensa.
Anoche el sol me dijo que envidia la arena del mar sobre la cual caminas descalza, que tus palabras son destellos de luz, que opaca el día, que tu voz puede encender en llamas los bosques más húmedos, que tu risa le da vida a los árboles que mientras crecen señalan el firmamento.
Me dijo que es una fortuna saber que existes, que tu presencia garantiza el futuro, que una lágrima tuya puede sanar el pasado, que mientras duermes el presente es estable.
Que hay paz cuando tocas tu guitarra.
Que el cielo agoniza cuando te escondes, que una vez que alguien te ha visto es imposible vivir sin ti.
Anoche le dije al sol que puedo entenderlo y que espero tambien cada amanecer para encontrarte.
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