domingo, 19 de septiembre de 2010
Waiting For You
viernes, 17 de septiembre de 2010
Deseo
Mariposas Como Recuerdos
Alguien murió.
¡Sí!
Murió ayer.
Tratando de entender tu ausencia.
Entre tantas preguntas surgiste tú, sin razón y sin motivo, se quitó la vida.
Ayer alguien murió, soy testigo.
Vestía camisa y corbata, pantalones y unas botas. Puedo recordarlo.
Murió en la madrugada porque dicen que las horas muertas son las mejores para recordar.
¡Increíble!
¿Puede ser eso posible?
Conversamos antes de tal acto suicida. Me decía entre dientes que no te quería, que no tenía alma y que se encontraba muy masoquista.
En ese momento, después de tantas preguntas, a mi cabeza llegaste tú.
Fue curioso y realmente incómodo.
Él seguía en su empeño de hacerme entender, de que después de tantas copas podías llegar al olvido, así que siguió tomando hasta perder la conciencia.
Le ofrecí llevarlo hasta su casa. Aceptó.
Caminamos dos cuadras aproximadamente.
Entramos a su “refugio”. Olía a demonio. El alcohol era repugnante ante mí en esos momentos.
Él siguió el rumbo de su cocina, fue hasta unas gavetas y sin intención de alarmar, tomó un cuchillo, cortó una manzana a la mitad y comió un poco. Sus lágrimas bajaron hasta abandonar lo que en poca definición era su rostro.
Me quedé en la sala admirando un cuadro de una mariposa verde y amarilla mientras el subía las escaleras hasta su habitación.
Unos segundos más tarde, escuché un fuerte grito de desesperación seguido del enorme sonido envuelto de terror de un balazo. Mi pensamiento se paralizó de tal manera que cuando subí, vi el cadáver de una mariposa empapada de sangre.
Lesbordado
mi garfio hambriento de morada humea en fuga hasta tu carne
y tu
toda boca de pez recién captada te me vuelves bocanada de aguaceros
diluviando los recuerdos que se escaman junto al semen del amar.
entonces, mamífera en esfínter transformada,
pululas la epilepsia de mis dedos,
me guaridas el afán de tanto vuelo entre las alas escondidas de tu cuerpo.
tus vacios me muerden el pétalo ahuecado de esta carne que te hundo
y mi mano en flor se quiebra de rocío- en el estanque de tu vientre,
en la abertura de ese espejo lastimado en que me miro
en que huyo de mi grieta y me suicido.
me devuelves la agresión de la caricia en mordedura
en lamentos que suplican la embestida de ese adán
naciéndome hombre desde el polvo en la costilla.
y te duelo con la ausencia trastornada
vuelta ilusión de piel, vuelta carnada
y ya en mi, amiga, hermana
dejemos que el rojo nos obnubile el labio abierto.
déjame hacer mía esa esquina blanda y develada
y llevarla conmigo para hacer un junte de mi tajo con tu tajo
hasta entregarte esta carne que es mía y que fue tuya
y que será siempre de ambas
porque hoy cansada de ser hombre
juego contigo a ser lesbiana.
Anónimo.